jueves, 6 de marzo de 2008

LA VARA DEL PASTOR. Reinos de Gloria

Reinos de Gloria

Reuniones corporativas experimentarán reinos de gloria en un nivel que no hemos experimentado en esta generación.

Estamos entrando a la temporada de la historia de la humanidad profetizada por Isaías cuando él predijo que habría un brillo celestial sobre los justos en medio de gran oscuridad. Es por el Espíritu de Verdad que seremos iluminados mientras compartimos los misterios del Reino reservados para esta hora. Isaías 60:1-3 declaró:

Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.

Hay una presencia “pesada” o Gloria que el Señor quiere colocar sobre Su pueblo durante estos últimos días como un testimonio a las naciones de Su virtud redentora. Es verdaderamente asombroso que a los pecadores salvos por la gracia puedan otorgarles esta comisión y responsabilidad. Como Daniel profetizó: “muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los entendidos comprenderán”. (Daniel 12:10)

El entendimiento que esta compañía posee será un misterio de “Cristo en nosotros, la esperanza de Gloria”. Es solamente a través de este proceso de refinamiento, que somos capaces de manifestar Su Gloria en la tierra sin que nos destruya. Esa es la importancia de material profético como éste. Si tenemos el entendimiento que el proceso en que hemos estado es para preparación, entonces nos da la esperanza de nuestro llamado. Sin ese entendimiento, estaríamos propensos al desánimo, desesperanza y sentimientos de descalificación.

Otro propósito para destacar esta realidad, es para equipar los ministerios de oración e intercesión con una llave para abrir la provisión de este siglo 21. Será a través de oración, alabanza y proclamación profética, que contenderemos por esta realidad. No será logrado a través de luchas humanas del alma, sino por revelación del Espíritu y la activación de nuestra fe para habla en acuerdo con los planes de Dios. Como está registrado en Job 22:26-28:

Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, y alzarás a Dios tu rostro. Orarás a él, y él te oirá; y tú pagarás tus votos. Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz.

El resultado final de esta expresión de la Gloria de Dios será una notable cosecha de almas más allá de cualquier cosa que hemos experimentado en la historia de la Iglesia moderna. Será no solamente un mensaje a nuestra nación, sino también a las naciones de la tierra; no será administrado ni controlado por agencia humana, sino por el liderazgo del Espíritu Santo.

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